Está personificada por Helena de Troya. Permanece impávida y concentrada en la profundidad de la copa que sostiene en su mano izquierda. En su mano derecha tiene la manzana dorada, simbolizando la discordia en la leyenda de Helena de Troya; y simbolizando la fruta de la inmortalidad del jardín de las Hespérides. Por lo tanto, la manzana podría tratarse del fruto del bien o del mal, dependiendo de las circunstancias o motivos de una lectura.
La manzana contiene dentro de sí, al ser cortada por la mitad, 5 pepitas que semejan la estrella de 5 puntas. Para los iniciados, esta estrella simboliza libertad y conocimiento. Pero se trata el símbolo de un conocimiento unitivo, como mencioné antes: del bien y del mal.
En otras tradiciones, como la Celta, la manzana es símbolo de ciencia, magia y revelación. Atributos que también posee la Reina de Copas y que a su vez ésta comparte con La Sacerdotisa.
Según la leyenda, Helena, hija de Zeus, se casó con el Rey Menelao. Más adelante le fue infiel con París, de quién se enamoró perdidamente y quién huyó con ella en el caballo de Troya, cuyo destino conocemos... tuvo varios amantes y se desconoce si al final de sus días se mantuvo al lado de su esposo, Menelao, quién deseó darle muerte, pero nunca pudo hacerlo pues la belleza de ella lo sumergía en profundas aguas donde quedaba hechizado por su belleza física y enigmática personalidad.
La belleza de Helena y su incapacidad de ser incontenible en sus afectos, semeja el "agua". Sus profundidades son una invitación irresistible, pues además de poseer el elixir de la vida, sus amantes veían su propia alma y su rostro reflejados en el preciado líquido. No pudiendo resistirse a este magnetismo, terminaban inmersos en ella. Metafóricamente hablando: "como quedamos nosotros inmersos en nuestras propias emociones, que irresistiblemente nos atrapan, y de las que nos dejamos atrapar...pues existen emociones irresistiblemente tentadoras".
Esta Reina de la carta del Mítico, sumerje sus pies en las aguas del pozo. Por su trono suben serpientes doradas. Y el espaldar de su silla esta formado por serpientes entrelazadas. Percibo que esta reina articula el lenguaje del subconciente, se siente muy cómoda utilizando ese lenguaje y lo saca a la superficie en forma de serpientes. La serpiente es símbolo de transformación. La Reina de Copas posee el don de la intuición y el siquismo, por lo tanto, no debe sorprendernos su cercanía a las serpientes y su capacidad de entender su lenguaje y transmitirnos su mensaje. Esta reina es la mensajera de las "aguas". Camina cómoda en el agua, es su medio de comunicarse con la vida y con su entorno. Se nutre de ella y se sustenta del producto de las aguas.
Una Reina de Copas mal aspectada puede ser la "bruja" de los cuentos de Hadas. Pero también puede ser la persona llena de insidia, la persona que traé y lleva información privilegiada, la persona que oculta con facilidad, la que no habla pero sabe, la que puede ver en la obscuridad, y paradógicamente, también puede sacar a la luz.
Puede ser también la que calma la sed, la madre tierna y fecunda. La "sabia" que ha llorado todas las lágrimas, pero que no se queda estancada en ellas: por eso es sabia. La Reina de Copas en ti es la que te permite llorar, la que invita a que tus penas fluyan, pero sin hacer de las penas un estilo de vida o una costumbre que te victimice. Observa la sonrisa en la reina a tu derecha, no está vitimizada.
Ella nutre y cuida las raíces, y los legados de la subconciencia. Ella los alimenta, los despierta, les da voz, y te los muestra en tus sueños y en tu estado de vigilia, en tus intuiciones, en medio de la alegría y en medio del dolor.
Te invito a mirar en su copa y probar su manzana.
Por: Aurora Díaz